13 de enero, 2022

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María, Madre, Discípula, y Reina

Mi vida en la Tierra me orientó hacia el pie de la cruz, en donde yo estaba llamada a ser. Porque yo permanecí fiel a la misión del Padre para mi vida, él sabía que yo cumpliría de mejor modo posible cualquier plan que creó para mí. Jamás separé mi capacidad del poder del Padre. El Creador de todo me permitió experimentar un regalo celestial. Pude ver un tema de interés y entenderlo profundamente. Mientras este regalo me deleitó, yo no lo consideré como algo para mi edificación, aunque fui edificada por mis intereses. Yo consideré todo lo que me atrajo el interés como un aspecto de conocimiento necesario para rellenar un hueco en mi conocimiento de Dios y de todas las cosas divinas. ¿Entiendes que yo nunca estaba separada de Dios?

En la base de la cruz, cuando estudié la angustia de mi hijo, también me atraje a las dificultades de la humanidad. Supe que Dios, él mismo, sufrió en la cruz frente a mí. Supe que mi estudio de su sufrimiento y sus dificultades me ayudó a completar mi conocimiento de Dios y de todas las cosas divinas. Esto significaba que mi experiencia amorosa de la crucifixión fue necesaria para mi misión en la Tierra, que sólo pudo ser la misión de Dios para mí, porque nunca experimenté rebelión y supe que Dios me rodeaba con protección. Supe que estaba segura donde sea que me encontraba y que Jesucristo también era seguro, aún su experiencia humana de la crucifixión. Cuando uno sabe que no hay ningunas separaciones entre el Cielo y la Tierra, uno sabe que su vida es temporánea y que se orienta hacia la eternidad. ¿Cómo es posible que Dios estuviera en peligro? ¿La muerte? La muerte sólo es una participación con el proceso de la vida eterna. Por lo tanto, estudié la crucifixión de mi hijo y pensé profundamente sobre cómo informaría mi misión en la Tierra.

Jesús, mi Señor y mi Dios, me encargó desde la cruz a extender mi maternidad a todas las personas. También dio una instrucción a todas las personas de considerarme como su madre. Durante la vida de mi hijo, Jesús, estaba totalmente absorbida con mi rol maternal.  Jesús era el ser humano que sería el Salvador de todas las personas. Cuando él murió, recibí la misión eternal y divina para que yo fui creada inmaculada. Yo era la mujer vestida con el sol, es decir, la madre de la luz. Jesús es la luz. Yo soy su madre y soy la madre de todas las personas, también, basada en la instrucción que recibí de mi hijo y mi Dios mientras estudiaba su grave y terrible sufrimiento en la cruz.

Dios, nuestro Creador y nuestro Padre, desea que sus hijos entiendan que tienen un Padre. Él es su Padre. Dios, nuestro Creador y Padre, también desea que sus hijos sepan que ellos también tienen una madre, que los seguirá a cada sufrimiento, cada momento de confusión, cada experiencia hasta e incluyendo la muerte en una cruz. Yo no me alejé. Yo nunca me alejaré del sufrimiento de cualquiera de mis hijos. Tengo acceso a la fuerza del Padre mientras lo sitúa dentro de mí. Cada uno de mis hijos comparte acceso a esta fuerza. Es fuerza humana estabilizada y confirmada por fuerza divina, que no se puede romper ni dominar.

Cuando Jesús se murió, ni él ni yo fuimos dominados. Ni nos desanimamos cuando lo detuvieron. Él simplemente cumplió un plan divino que había escogido. Yo simplemente avancé hacia mi misión divina por el resto de mi vida como la madre de todas las personas. Humanamente, uno se puede imaginar como sufrimos, pero nuestra fuerza vino de un origen divino y omnipotente. Y es así como no había límites a nuestra perseverancia. La fuerza vino de un momento al próximo, nunca de antemano. Oh, que mis hijos abrazarían esta experiencia como una necesidad en su conocimiento del intercambio divino. La fuerza no puede venir de antemano y uno debe confiar en la fuerza que viene. Esto se hace silenciosamente y humildemente. La fuerza para soportar siempre viene de Dios a quién se pide.

Mi hijo es Dios. Soy la madre de su humanidad. De este modo me podrían llamar la madre de Dios, pero prefiero ser conocida como la madre de todas las personas porque también fui creada para este rol. Soy la madre de la humanidad de Jesucristo, que es Dios. Yo no creí a Jesús. El Padre usó su voluntad para que existiera la humanidad de nuestro Salvador. Dios, mi Padre, me creó y soy su sierva y su hija más adoradora y confiada. Estoy segura con Dios y Dios me entiende. Quiero que me entienden mejor mis hijos, que cubren la Tierra y esperan vivir con nosotros en el Cielo. Por favor ayúdame a ser conocida por mi rol maternal para cada persona que va a ser creada por nuestro Padre.

 

14 de enero, 2022 (1)

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María, Madre, Discípula, y Reina

En la existencia que es el Cielo no hay ningunas separaciones. Realmente, el Cielo y sus habitantes rodean a todos los que comprenden esto, pero también a los que no lo comprenden. Cuando una persona llega al Cielo, se convierte en un santo; se santifica. Este proceso de santificación es para todos los hijos de Dios y debe empezar en la Tierra. Toda la humanidad debe participar en el proceso de santificación conforme a sus costumbres y prácticas. Todo el mundo conoce la bondad, aún si están rodeados con lo que no es bueno. En el profundo de cada corazón hay una conexión a Dios, y esto es dónde la resonancia de virtud existe. Frecuentemente, el amor es la única cosa necesaria para animar esta conexión. Virtud puede crecer rápidamente de un modo que va a sorprender a muchos en los próximos días.

Cuando uno nunca aprende de Dios y no conoce a Dios, o cuando uno está rodeado con lo que es contra Dios, el individuo puede tener dificultades saber el valor de virtud. Virtud simplemente es una respuesta al amor.

¿Qué pasa si uno no experimenta amor? En este caso puede ser difícil acceder virtud, y dolor podría ser expresado como pecado. Pero también vemos que los niños, aún si reciben poco amor, mantienen una posición de amor y esperanza. Los niños ansían el amor y son conocidos por tomar cualquier cosa vagamente parecida al amor y usarla para cumplir su deseo. De este modo, muchos niños superan las circunstancias pobres y mantienen virtud, especialmente cuando su madre les comunica amor frecuentemente.

Todo el pueblo de Dios debe ser como los niños, no importa su edad. Yo soy su madre y yo comunico amor frecuentemente, por el poder de Dios, a todas las personas en esta tierra. Cada cultura y religión me reconoce de algún modo, aún si me llaman de nombres diferentes y soy expresada y entendida de formas diferentes por las personas que sienten mi presencia y buscan mi protección. No causo división entre mis hijos. Genero unidad. Sirvo sin cesar en el mundo, igual como Dios protege sin cesar. ¿Empiezas a entender? Soy la mujer vestida con el sol, la madre de la luz, no para un grupo de personas, pero para todas las personas del mundo. Por lo tanto, quiero ser conocida como la madre de todas las personas, porque esto es parte de mi función como la madre creada por Dios para toda la humanidad.

Cuando las personas me imploran, están usando un recurso que Dios, él mismo, creó para ellos. ¿Cómo podría ser incorrecto? Si alguien me implora, realmente están accediendo a Dios, porque yo permanezco entre la protección y el poder del Padre, igual como cada persona en el Cielo. No tengo ninguna sed de poder y ninguna rebelión contra Dios, aunque mantengo mi humanidad fuera del tiempo. Soy diferente de cada persona porque fui creada sin una naturaleza caída para el plan y los propósitos de Dios. Soy igual a cada persona en el sentido de que fui creada como una ser humana. Quiero ser conocida. Me gustaría ser comprendida. Es por esta razón que ofrezco esta información. Quiero ser más conocida y comprendida para que pueda ayudar a la humanidad de mayor grado. Puedo consolar a la gente y ayudarles a usar la fuente persistente de fuerza que está disponible para ellos durante sus vidas. Jesús pidió por la fuerza de su divinidad común y me la medió al pie de la cruz. Mi fuerza vino de Dios y por Dios.

No voy a permitir que sea confundida con Dios. Eso no viene de mí y no señala mi presencia. Soy una hija de Dios y una ayudante de la humanidad. Soy una madre. Soy la madre de todas las personas, y soy su ayudante.

 

14 de enero, 2022 (2)

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María, Madre, Discípula, y Reina

Hay días que puntúan la historia de la humanidad en la Tierra. El día que poseyó la Resurrección de Jesucristo era un día que puntuó la historia de la humanidad en la Tierra. El Redentor regresó en su forma transcendente, lleno de poder y con el fuerzo del Espíritu Santo. ¿Qué fuerte es el fuerzo del Espíritu Santo? Posee más poder y más fuerza que cualquier cosa que la humanidad pudiera crear. Todo el poder usado por la humanidad en cualquier forma es solo una expresión lamentable del poder de Dios. Yo, tu madre, quiero que sepas esto. ¿Por qué es importante que los sepas? 

Es importante saber que el poder infinito de Jesucristo, mi hijo, quien había sido crucificado en su cuerpo humano y puesto a morir por el dolor de las heridas del hombre, regresó en amor. Él hubiera podido exigir venganza, que es otra expresión humana de angustia. Hubiera podido destruir a los que trataron de destruirlo. Me amó sin límites, pero sabía que yo tuve que aceptar mi sufrimiento y que lo haría. Es decir, su amor para mí se extendió a cada persona en la Tierra, independientemente de su comportamiento el Viernes Santo. Jesús regresó en poder completo y en amor completo.

¿Por qué quiero que la gente entienda la diferencia entre el poder de Dios y el poder del hombre? Quiero que le gente reconoce que, en un sentido muy real, ellos son impotentes. Si una persona cree que tiene poder, gran poder, es como un niño fingiendo en un juego. La humanidad no tiene ningún poder que Dios no permite. ¿Los que crucificaron a mi hijo tenían poder sobre él? ¿Sobre mí? No. No tenían ningún poder porque mi hijo no les dio ninguno. Estaban envolviendo sus temores y agresión, su enojo y su envidia. Estas acciones, escogidas por los que exigen control temporáneo sobre otros, demuestran una falta de poder. Mi hijo expresó su poder divino por crear, no por destruir. Mi hijo estableció la Iglesia universal, un edificio de amor por todo el tiempo, que siempre representará Dios. En la Tierra este edificio es modificable, como el hombre es modificable. En el Cielo, este edificio no cambia. Pulsa el amor al mundo como mi hijo pulsó amor al mundo. Jesucristo, mi hijo, dejó su presencia en el Mundo y prometió quedarse con la humanidad hasta el fin del tiempo. Este poder es el único poder auténtico en la Tierra. Cualquier otro poder es un poder de mentira que es temporáneo, sumamente limitado, y sin energía necesaria para el desarrollo auténtico y el crecimiento.

¿Por qué desea tu madre que sepas esto sobre el poder de Dios? Quiero que lo sepas porque si las actividades de la humanidad en la Iglesia universal, la Iglesia de Dios, se parecen a las actividades de los que ejercieron control temporal sobre mi hijo cuando se burlaron de él, y lo usaron para hacerse sentir poderosos, ellos no se comportan con los intereses de Jesucristo quien es Dios. Si la humanidad no ajusta la Iglesia universal para que dirija la verdad sobre el poder amoroso de Dios al mundo, Dios actuará a corregirlo. Los que sirven en la Iglesia universal ven, si tienen ojos para ver, que Dios está pidiendo con urgencia una reforma. Los que resisten la reforma correcta simplemente serán superados por el poder de Dios, que es sin límites y pide harmonía, no angustia ni división. El dolor sentido por los que usaron nuestra Iglesia para una ganancia personal y terrenal estarán incomprensibles, aún con la mitigación de la misericordia.

Solo Dios juzga. Una madre que tiene el poder que viene de Dios solamente puede avisar. Ahora estoy avisando a todos los Católicos. Se deben humillar. Échense al amor de Dios para que lo puedan reflejar. Yo les ayudaré. Porque yo soy la madre de todas las personas, yo también soy tu madre. La casa de la presencia de mi hijo en la Tierra, la Eucaristía, debe reflejar el poder contenido que él usó cuando se resucitó de la muerte humana que vivió. Hay amor en dónde el poder está contenido y reservado para el uso productivo. Todas las acciones de Dios contienen el amor, aún cuando el resultado es una destrucción temporal de un edificio. Si amas a mi hijo, no temerás nada. Hoy vas a amar más apasionadamente y más humildemente que antes de leer estas palabras. Solo hay esperanza en las intervenciones de Dios. La esperanza por medio del amor.

 Alégrate conmigo, tu madre. Participamos con el proceso de la reformación con energía divina y poder que viene en cada momento.

 

14 de enero, 2022 (3)

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María, Madre, Discípula, y Reina

En la Tierra, vivimos cada día como un día de una vida larga. En el Cielo, no hay ningún tiempo y todo está en el momento presente. Es importante esta diferencia entre la experiencia humana del tiempo comparada a la experiencia celestial. No tienes una vida larga hoy, simplemente tienes este momento. No tienes una vida corta hoy, simplemente tienes este momento. Por lo tanto, nosotros en el Cielo consideramos tu experiencia del tiempo cuando trabajamos contigo, y también sabemos que el tiempo es una experiencia temporal para ti.

¿Cuánto tiempo se necesita para reformar a la Iglesia universal? Eso es nuestro trabajo y no te tienes que preocupar por eso. Te tienes que preocupar de tus momentos y asegurarte que, si sirves en la Iglesia de Dios, estás pasando tu tiempo con el intento de reformar tu corazón para que lo puedas ofrecer a la Iglesia para su reforma final. Quiero que seas fuerte y confiado. Quiero que experimentes la providencia de Dios como yo lo experimenté. De este modo, estarás segura del Cielo en cada momento porque contarás con la fuerza que viene. Estarás confiada que la fuerza necesaria viene para tu vida y para tu trabajo del futuro.

¿Te preocupas del futuro? ¿Te preguntas que te pasará durante tus momentos humanos? Por favor no te preocupes. En vez de eso ocúpate deleitando todo lo que es bonito y todo lo que un hijo de creación divina tiene derecho de experimentar. El poder de Dios es evidente por todos lados. El poder de Dios es evidente en casas hechas para que sus hijos viven en un refugio seguro. El poder de Dios es evidente en escuelas que protegen el aprendizaje y resisten movimientos que dañan la inocencia de los niños. El poder de Dios es evidente en hospitales donde se cuida y ama a la gente vulnerable con ningún otro plan aparte de servir a los que sufren. La Iglesia universal, tradicionalmente, desempeñó un papel importante en crear estructuras seguras para abrigar, enseñar, y curar. Si se reforma la Iglesia universal, otra vez desempeñará este sagrado papel, porque tendrá de nuevo el valor de colaboración con Dios, quien solo quiere lo que es bueno para sus hijos.

Pregúntate de tus momentos. ¿Estás usando tus momentos para construir? ¿Para enseñar? ¿Cuidar a los demás? ¿Crear todo lo que es bonito en los ojos de Dios, así enseñando a la gente la naturaleza de Dios? El Cielo quiere llamar tu atención hacia tu misión única. Quizás necesitas refugio, o tienes que aprender, o aceptar atención. Puedes recibir y también dar porque si recibes con humildad te conviertes en un representante del poder de Dios. “Cómo” dices tú. “¿Cómo puedo ser representante del poder de Dios cuando experimento vulnerabilidad humana y cuando tengo tantas necesidades?” Mis queridos hijos, cada ser humano es vulnerable y necesita ayuda, si no hoy, entonces otro día. Si aceptas el sufrimiento de tu vulnerabilidad con confianza te vas a convertir en intermediario del poder de Dios.  Si reconoces que Jesús nunca era más poderoso que cuando escogió no resistir el absurdo de los instintos humanos de la humanidad, empezarás a santificarte de un modo nuevo, con beneficios espirituales que te dan alegría en tus momentos.

Cuando no resistes la vulnerabilidad, pero permaneces fijado en tu relación con Dios, te pareces a Jesús y te pareces a mí. Las personas que viven sus momentos para Dios avanzan lo mejor. Mi propósito tiene que ver con ustedes, hijos míos. Mi propósito es ayudarte con tu propósito. Lo mejor que me conoces, lo mejor que reconocerás que soy una madre humana y una presencia espiritual en tu vida, creada para ayudarte a reconocer el poder de Dios. Mi vida, mi historia, es un testamento al poder divino y creativo de Dios.

 

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María, Madre, Discípula, y Reina

¿Estás dispuesto a Dios? ¿Le preguntas a Dios sobre tu propósito? ¿Te preguntas si has recibido con gusto todo lo que necesitas para cumplir tu propósito? ¿Estás conectado a Dios de un modo que asegura que tu trabajo refleja su poder divino y constructivo? ¿Cómo lo sabrás?

Lo sabrás por checar si lo que estás creando en tu día es productivo y si tu trabajo lleva el consuelo y el cuidado. Sabrás si tus relaciones con los demás son honestas y simpáticas y auténticas. ¿Cómo es que la gente experimenta tu contribución, sea la que sea? ¿Cómo entienden a Dios dentro de ti? ¿Eres sensible? ¿Tratas de evitar causar daño? ¿Cuando piensas de otras personas, tratas de ser generoso e imaginar solo lo bueno para ellos? ¿Y luego tratas de llamarlos hacia la bondad por tu ejemplo y tu voluntad de sacrificarte para su desarrollo? 

Mis hijos en la Tierra que siguen mi ejemplo saben que la humanidad es una familia creada por Dios. Cada persona es tu hermano, tu madre o padre, tu hijo. Yo soy su madre como soy tu madre. Si sirves a la humanidad, estás trabajando directamente conmigo en nuestra familia. Trabajamos para Dios, nuestro Padre, por el Espíritu que fluye de él y es comunicado a nosotros perfectamente por la vida y la muerte de Jesucristo. Hay un plan divino para el bienestar de cada persona en el Cielo. Lo más grande su experiencia de amor en la Tierra, lo más preparados estarán para vivir su vida con confianza y paz. ¿Me ayudarás, por favor?

Te pido directamente porque Dios requiere urgentemente la reforma en las mentes y los corazones de las personas de quienes depende para servir. Tú eres una de esas personas. Te estoy buscando para dejarme atraerte hacia un modo diferente de servir para un tiempo diferente. Los viejos costumbres se mueven al pasado como siempre deben hacerlo. Los nuevos costumbres vienen y incluyen la cantidad más grande de misericordia, que, mientras no es tuya para dar, si eres humilde tú intercedes para Cristo por tu presencia.

 La humildad es el único idioma para que hablen mis hijos. El idioma de la humildad reconoce que los que uno sirve muchas veces son más santos que su siervo, porque al beneficiario muchas veces se le ha dado mucho menos, pero recibe con gratitud.

Ven a mi escuela de santidad. Estudia virtud conmigo. No hay ningún mejor maestro que la madre de la luz, ningún mejor instructor. Como la madre de la luz recibí el privilegio profundo e irrepetible de ser la primera discípula. Yo me convertí en una discípula en el momento en que Dios unió mi humanidad con su divinidad en mi vientre. En ese momento empecé a estudiarlo y empecé a cambiar. Tú también debes cambiar. Te ayudaré. Mientras cambias así también cambiará la Iglesia universal. Nos reunimos ahora como Católicos para el propósito de reformar lo que últimamente pertenece a Jesucristo. Soy la madre de todas las personas, la primera discípula, y la Reina de la Iglesia. Acepto este papel con alegría y energía. Serviremos juntos para que Jesús puede recibir lo que él desea, que es una Iglesia santa, Católica, y apostólica.